1. La profundidad del asiento: La profundidad del asiento es clave para el apoyo de tu espalda.
2. Altura del asiento: Por lo general, las sillas ergonómicas tienen la opción de regular la altura del asiento y esta se debe poder ajustar fácilmente.
3. El peso que la silla ergonómica puede soportar Dependiendo de la marca o modelo que tengas en mente, el peso máximo de soporte puede variar.
Unas buenas ruedas y una base fuerte son características imprescindibles.
Se recomienda elegir una silla con una base reforzada de 5 aspas con ruedas y de un material resistente como el aluminio.
¡El respaldar es muy pequeño!
En el caso de superar una estatura de 1,80 metros, lo más recomendable es optar por unas dimensiones de silla ergonómica más amplias y que permitan apoyar perfectamente la espalda y muslos.
Aquí, lo más interesante sería buscar respaldos que superen los 65 cm de altura y estén más bien cerca a los 75 cm.
Y, para las personas que miden menos de 1,60 metros, el respaldo debe tener entre 50 y 60 cm de alto.
¡No llego al suelo con los pies!
El cabezal, dependiendo del modelo, se tendrá que calcular bien la altura en el que se coloca para reposar el cuello.
Por lo general, si eres de talla baja, podrás optar por sillas ergonómicas sin cabezal.