La posición de estar sentado no es una posición natural para el cuerpo humano, forzar la espalda por culpa de una silla con características muy pobres puede aumentar la posibilidad de padecer determinadas enfermedades.
Si disponemos del mejor ordenador del mercado porque nos ayuda a realizar trabajos de éxito ¿por qué no hacerlo con todos los productos que hacen nuestro día a día mejor?
Este último ejemplo también podemos aplicarlo a otras situaciones, pues lo mismo ocurre cuando compramos un colchón, no dudamos.
Pues para nuestro mejor descanso dejamos en un segundo plano el precio, y a lo único que prestamos atención es a su confort, por lo que solo nos tumbamos y probamos.
Entonces, ¿por qué no invertir en una silla ergonómica?
Según la Asociación Española de Ergonomía, la ergonomía se define como “el conjunto de conocimientos de carácter multidisciplinar aplicados para la adecuación de los productos, sistemas y entornos artificiales a las necesidades, limitaciones y características de sus usuarios, optimizando la eficacia, seguridad y bienestar”.
En primer lugar, debemos preguntarnos ¿qué uso voy a darle a la silla?
Y así, hacer una identificación de los distintos usos que va a desempeñar.
En segundo lugar, también tendrías que tener en cuenta las diferentes características antropométricas y biomecánicas para que se adapten justo a tus necesidades.
En conclusión, una silla ergonómica se adapta a las necesidades y características del trabajador o estudiante, siempre teniendo en mente el sistema de trabajo.
Los males de la oficina provocados por intensas horas sentados ante el ordenador pueden solucionarse con la elección de una silla de trabajo ergonómica.
Si el dolor de cuello, de espalda, cabeza, hombros y tendinitis desaparecieran la productividad de sus trabajadores aumentaría.
Si ofrecemos las mejores herramientas a nuestros trabajadores, nos ofrecerán lo mejor de sus capacidades.
Un ambiente laboral sin accidentes y con el menor índice de bajas son el reflejo de la buena calidad de trabajo que nos arrojan resultados favorables.
Esto puede mejorar las expectativas de crecimiento de la organización o empresa.