Según algunos especialistas, esto se podría solucionar contando con un buen espacio de trabajo donde se sienta a gusto y sea eficiente, además esto puede contribuir al rendimiento escolar y a la productividad.
Las claves son el orden, la limpieza y una buena iluminación.
No hay que olvidarnos que, para un buen aprendizaje, es necesario balancear este tiempo con otras actividades que requieran movimientos y así ayudar a reducir el estrés y mejorar su estado de ánimo.
Tener un lugar fijo les brindará estabilidad.
Los niños van creciendo, por lo que deberíamos optar por una opción que se vaya acomodando a ello.
Es importante que tengan todas las cosas a la mano, para ello podemos utilizar repisas con divisiones para mantener todo en orden.
La luz fría resulta más adecuada para las actividades que requieren concentración.
Puedes animarlos colocando una pizarra con frases motivacionales, horarios y una lista de actividades para que estén siempre organizados.
Recomendamos utilizar tonos naranjas o amarillos para la decoración, ya que ayudan a la motivación y ser más productivo.
Mejor colocar solo los elementos necesarios.
Al organizar el lugar de estudios es bueno que los niños participen, pueden elegir colores, objetos y ver la distribución juntos.