El papel es una materia de origen orgánico y vegetal, que es muy susceptible a factores externos como la humedad, la luz natural, a productos químicos que se utilizan en los almacenes, entre otros. Sin embargo, en la mayoría de los casos los daños del papel no son evidentes, ya que se encuentran empacados y solo se ve el estado al abrirlos. Utiliza archivadores o estanterías, las unidades de carga, cajas o empaques que contengan papel no deben estar en contacto con el suelo, ni con las paredes desnudas. Evita zonas frías, en muchos almacenes hay zonas frías que están en contacto con el exterior o con otra parte de la bodega donde puede haber humedad o frío extremo. Conserva el papel en su empaque, ya sea en unidades de carga, en cajas o en su envoltura, lo ideal es mantener el papel nuevo y sin usar en su empaque original. No almacenes papel en áreas expuestas a la luz directa del sol, recordemos que el papel se fabrica a partir de celulosa y contiene otras sustancias, una de ellas se llama lignina, que es de color café y suele eliminarse durante el proceso de blanqueamiento. Por esta razón se recomienda dejar el papel lejos del aire y la luz natural para mantener el color blanco.