La Regla de los tercios consiste en dividir la imagen por medio de dos guías horizontales y dos verticales que generan una división en 9 partes iguales.
La figura femenina, protagonista en este cuadro, está situada en la línea vertical derecha.
El consejo que aporta esta Regla de los tercios es que si dividimos nuestra imagen con estas líneas y ubicamos nuestros puntos de interés justo en la posición de alguna de estas guías horizontales y verticales, el equilibrio de la composición será más armónico y bien tolerado.
La clave de esta regla son las proporciones espaciales que se generan, pues si un elemento ocupa un tercio, deja a su lado un espacio libre de dos tercios, lo que aporta dirección a la mirada.
Si estamos interesados en mantener el equilibrio visual en nuestra imagen, será bueno seguir esta regla, pues la mente se calma más cuando las cosas están distribuidas con esta relación espacial.
La regla de los tercios es ideal para los paisajes donde deseamos crear armonía y estabilidad, añadiendo los puntos de interés que sean interesantes y que así serán mejor destacados.
Y también es muy útil para crear direcciones y permitir que haya espacio hacia esas direcciones generadas.
Al fin y al cabo, mirar un cuadro es un juego para la mirada del espectador, que al mover sus ojos de unos puntos a otros del cuadro, le da vida y sentido.