A medida que envejecemos, es esencial adaptar nuestro entorno para garantizar la seguridad y comodidad en nuestro hogar.
Un entorno seguro puede prevenir accidentes y mejorar nuestra calidad de vida.
Mantén los pasillos y áreas comunes libres de desorden.
Retira alfombras sueltas, cables y cualquier objeto que pueda convertirse en un obstáculo.
Esto ayudará a reducir el riesgo de tropiezos y caídas.
Coloca barras de apoyo en lugares estratégicos como el baño y pasamanos en las escaleras.
Estos elementos proporcionan un apoyo adicional y son especialmente útiles para entrar y salir de la ducha o la bañera de manera segura.
Asegúrate de que todas las áreas del hogar estén bien iluminadas.
Utiliza bombillas de alta potencia y añade luces nocturnas en pasillos y baños.
Una buena iluminación puede prevenir accidentes y facilitar la movilidad nocturna.
Coloca alfombras antideslizantes en el baño, la cocina y otras áreas propensas a la humedad.
Las superficies mojadas pueden ser muy peligrosas, y estas alfombras ayudan a prevenir resbalones.
Guarda los artículos que más usas en estantes bajos o de fácil acceso para evitar tener que estirarte o subirte a una silla.
Mantén los objetos pesados en niveles bajos y utiliza organizadores para mantener todo en su lugar.
Asegúrate de que todos tus electrodomésticos funcionen correctamente y que no haya cables sueltos o dañados.