¿Cómo diseñar el layout de un almacén?

Un diseño o layout de un almacén es un esquema que tiene como finalidad maximizar el espacio disponible en este, seleccionando el sistema de almacenamiento apropiado y señalando en un mapa las áreas principales, tales como la zona de carga, descarga, recepción, almacenamiento, preparación de pedidos y expedición. El layout de un almacén es fundamental para lograr una eficaz gestión de los almacenes y garantizar la satisfacción del cliente. Se trata de diseñar los espacios de forma adecuada para evitar congestión y permitir una mejor distribución y control de mercancía. Un buen diseño ayuda a optimizar el espacio, reducir costos, incrementar la seguridad y mejorar el servicio al cliente. Para que un almacén funcione correctamente, es necesario prestar atención a las entradas y salidas de mercancía y al flujo de la cadena de suministro. El objetivo principal del almacenamiento es aprovechar todo el espacio disponible y reducir la manipulación de materiales. Para lograrlo, se recomienda asignar ubicaciones según el peso y volumen de los productos. Situar los artículos con mayor rotación cerca de la entrada. Crear zonas específicas para mercancía pesada o difícil de manejar. Hacer separaciones físicas para evitar daños. Embalar correctamente cada artículo. Garantizar medidas de seguridad para los empleados y la carga.

El layout del almacén es la disposición de los estantes, pasillos y otros elementos dentro de un almacén. Un buen layout puede ayudar a mejorar la eficiencia de las operaciones del almacén, reducir los costes y mejorar la seguridad. El objetivo de un layout de almacén es distribuir el espacio de tal forma que el flujo de materiales sea lo más eficiente posible, evitando puntos de congestión o embotellamiento, para ello será necesario plasmar toda la distribución sobre el plano diferenciando a la perfección las zonas básicas del propio almacén: Zona de recepción de mercancía. Zonas de carga y descarga (registro de entradas y salidas del almacén). Zona de almacenaje de los productos. Zona de preparación de pedidos. Zona de expedición (control y gestión del stock). La distribución de la mercancía y la planificación del espacio debe ser el foco de todos los esfuerzos. Cuando la mercancía está perfectamente distribuida y los espacios aprovechados al máximo, se reducen notablemente los deterioros, las pérdidas y el tiempo de manipulación del producto. Obteniendo con ello, un método eficaz que permite tener siempre organizados y localizados los productos en tiempo real. Si la gestión de los pedidos es ágil, eficiente y está controlada, el servicio ofrecido al cliente también se verá beneficiado. Es decir, mejorando la gestión del almacén, se incrementa de forma considerable la satisfacción de los clientes, lo que supone finalmente en un aumento de ventas. Este sistema también está directamente relacionado con la cadena de valor de los productos. Gracias al orden y el control diario de un almacén bien gestionado, se cumplen todos los estándares de calidad exigidos por las autoridades competentes. Cuando la gestión de la mercancía y la productividad de los trabajadores dentro de un almacén es ordenada y eficiente, las tareas administrativas y de gestión también se ven reducidas notablemente. En Esnova te ayudamos a conseguir la mejor organización para el almacén de tu empresa. Si necesitas más información, no lo dudes y ponte en contacto con nosotros; te asesoraremos sin ningún compromiso.