Lo primero que debes hacer a la hora de organizar los papeles en casa, es contactar con las empresas de suministros que aun te envíen la factura por correo postal para que empiecen a hacerlo por correo electrónico.
Lo mismo sucede con las notificaciones del banco y cualquier otro tipo de recibo, domiciliación y demás.
Eso ya te ayudará mucho a disminuir la cantidad de papeles a conservar.
Busca un lugar adecuado de tu casa e instala una especie de ‘buzón’ o cajón de sastre donde poner todo el correo postal, los documentos que traigan los niños del cole, las facturas que recibas, los tickets de compra, etc.
Una vez a la semana revisa todos los papeles y dales la solución que requieran para vaciar dicho cajón.
Gestiona, al fin y al cabo, cada uno de ellos.
Cuando estés revisando los papeles que se han acumulado en el buzón de entrada de tu casa, procura tener cerca una papelera en la que deshacerte de todo lo que es para tirar.
Conviene tirar cuanto antes esos folletos, publicidades y demás.
También es importante guardar bien el correo digital: facturas, recibos, informes en pdf.
Todo lo que tengas en el ordenador debe estar almacenado, además, en un servicio en la nube, del estilo de Google Drive o Dropbox.
Tenerlo en el propio correo electrónico puede hacer que este se sature, y descargarlo todo en un disco duro externo tiene el riego de que este se estropee y pierdas la información.
Busca la manera que te parezca más efectiva.
Sea cual sea la forma que elijas de organizar los documentos, es importante crear categorías en función de los papeles a guardar.
O de los archivos digitales.
Crea una carpeta para los temas de salud, para las cosas de casa, para los gastos del coche, o los temas de los niños.
Dentro de cada categoría, archiva los documentos por su fecha.
De esta manera, por muchos papeles que tengas archivados siempre encontrarás el que buscas.
Como los adultos, los niños también generan mucho papeleo que guardar, desde informes médicos y otros papeles ‘oficiales’, hasta trabajos escolares, dibujos, diplomas, etc.
El primer paso para establecer una rutina de almacenaje adecuada es aprender a ser selectivos y enseñar a los niños a serlo.
Si a tus hijos les gusta dibujar y pintar será imposible guardar todas sus creaciones.
Hazte con elementos de almacenaje para aquellos más especiales, así como los trabajos del cole que merezca la pena conservar.
Para evitar tomar notas en papelitos que después acaban perdiéndose en cualquier lugar, es buena idea contar con una pizarra en la que apuntar todo lo que no quieres que se te olvide.
Puede ser un recado para alguien, un número de teléfono o la cita del médico.
Coloca la pizarra en la cocina y aprovecha para decorar esa pared un tanto sosa.
Y, si esta idea no te gusta, recurre a libretas y cuadernos, mejor que notitas y papelitos.