La elección entre luz fría o cálida no es simplemente una cuestión de preferencia personal; influye directamente en la atmósfera de trabajo, el confort visual y, en última instancia, en el rendimiento laboral. La temperatura del color, medida en Kelvin (K), determina si una luz se percibe como cálida o fría. Las luces con temperaturas de color bajas producen un tono más amarillento o dorado, creando una atmósfera acogedora; estas son conocidas como luces cálidas. Por otro lado, las luces con temperaturas de color altas emiten un brillo más azulado, similar a la luz del día, proporcionando una sensación de frescura y claridad, conocidas como luces frías. La iluminación para oficinas modernas tiende a favorecer la luz fría, especialmente las luces LED para oficinas, debido a su similitud con la luz natural del día y su capacidad para mejorar la concentración y reducir la fatiga visual. La luz fría es ideal para tareas que requieren atención al detalle y precisión. La luz cálida crea un ambiente relajado y acogedor, ideal para espacios destinados a la colaboración, reuniones informales o zonas de descanso. La combinación estratégica de luz fría y cálida permite ajustar el ambiente de la oficina según la tarea específica, el momento del día o la estación del año. Determinar la mejor iluminación para oficina depende de varios factores, incluyendo el tipo de trabajo realizado, la disposición del espacio, y las preferencias personales de quienes lo utilizan. La luz para escritorio LED es una excelente opción para aquellos que buscan una solución práctica y eficiente.