La seguridad y el correcto acondicionamiento de las instalaciones se han vuelto fundamental tras lo vivido en pandemia. Ahora son necesarios los espacios amplios, la correcta circulación y limpieza del aire, contar con sistemas contactless, etc. Las oficinas inteligentes se han configurado como espacios de trabajo en los que la digitalización y la tecnología abren nuevas posibilidades en las interacciones laborales. Toda oficina inteligente o Smart office debe tener una serie de procesos automatizados que permiten no solo ganar tiempo, si no ahorrar dinero e incrementar la satisfacción de clientes y empleados/as, así como garantizar la calidad y seguridad de los procesos productivos. Una oficina inteligente está preparada para no tener que tener contacto con puertas, pulsadores, cortinas, aire acondicionado, temperatura, iluminación, cafeteras, etc. Las oficinas inteligentes están diseñadas para que los empelados/as encuentren la atmósfera adecuada para maximizar su productividad, de ahí que se garanticen aspectos como la adecuada temperatura e iluminación. Las oficinas inteligentes ayudan a reforzar los vínculos entre personas que pasan poco tiempo juntas, ayudan en la transmisión de conocimientos, fomentan la cocreación, etc. Todos los usos de la tecnología se vinculan con el respeto al medio ambiente: reducción de papel, de gasto energético, de gasolina, etc. Mediante la climatización automática y con sensores de presencia, se programa la temperatura automáticamente y se regula según haya personas o no.