Las oficinas modernas se basan en la adaptación a los trabajadores para mejorar su estancia, creatividad y productividad.
Los espacios de trabajo ya no se basan solo en la cantidad de trabajadores, sino en la adaptación a estos para mejorar su estancia, creatividad y, por supuesto, la productividad.
Muchas empresas mantienen el lema “empleados saludables son empleados felices” y bajo esta premisa, el diseño de oficinas modernas depende en gran medida de las necesidades y funciones de los usuarios.
Además de brindar todas las comodidades para que los colaboradores desarrollen sus actividades, también ponen a las empresas a la vanguardia reflejando su cultura de manera positiva, tanto interna como externamente.
La ergonomía es la principal característica de una oficina moderna.
La ergonomía no es más que la adaptación al usuario y, cuando se trata de diseñar oficinas modernas, se busca que el mobiliario ayude a prevenir problemas físicos, de estrés y concentración.
Las tendencias en espacios de trabajo apuntan a abandonar los espacios individuales y migrar hacia los colaborativos.
De esta forma, se eliminan las barreras arquitectónicas fomentando el coworking entre empleados y departamentos.
La iluminación tiene un rol clave, una mala iluminación puede provocar fatiga visual e incidir negativamente en el rendimiento del trabajador.
Una correcta utilización de diversas fuentes de luz, natural o artificial, mejora el confort y la productividad de los usuarios.