Las estanterías o librerías lucen de una forma más orgánica en el salón, sala de estar o estudio, mientras que, en el dormitorio, por ejemplo, los estantes recargados pueden crear una sensación de congestión.
Organiza la biblioteca de tu casa de forma estética: combina los libros por tamaño y color.
Si los lomos son demasiado coloridos y difíciles de combinar, es mejor darles la vuelta con las páginas a la vista, de esta manera, será más difícil encontrar el libro necesario, pero el resultado quedará más armonioso.
Si no hay demasiados libros, aprovecha para colocar platos, flores frescas o velas.
Lo importante es no exagerar.
Si no hay suficientes elementos decorativos para todos los compartimentos del estante, es mejor dejarlos libres, esto agregará más aire al espacio.
Los estantes abiertos, en cualquier caso, no necesitan estar llenos, pueden convertirse en un elemento decorativo independiente que hará que el espacio sea más gráfico y más preciso.
En la zona de trabajo o estudio, al igual que en la habitación de los niños, puedes usar cajas adicionales para almacenar carpetas y documentos de trabajo coloridos.
Tampoco es necesario instalar muebles de roble macizo y oscuro en este espacio: elige estructuras livianas de metal o madera, y no tengas miedo de usar colores brillantes.
No distraerán del trabajo, sino te ayudarán a tener buen humor.